1. Ve al grano
Es muy difícil que logres captar la atención del público si das vueltas y vueltas sobre un asunto. Ser lo más conciso posible es vital para acaparar todas las miradas.
2. No seas tan estructurado
Ser serio y profesional es fundamental para que tu presentación sea exitosa, pero no olvides que los seres humanos no somos máquinas.Prueba incluir historias personales y alguna que otra broma inofensiva, con la finalidad de sacar dramatismo y tensión a la situación.
Para llamar la atención es muy conveniente abrir la presentación con alguna opción de estas tres: una buena imagen, buena música o un buen aforismo. Los aforismos, especialmente si tienen gracia (muy recomendable) descargan tensión y te acercan a la audiencia, te humanizan.
Lo que no te mata, te hace más fuerte. - Friedrich Nietzsche
El aforismo es intercambiable por una historia corta. También es importante dejar claro en tres frases quién eres, de qué vas a hablar y un esquema rápido de tu ponencia.3. Involucra al público
La monotonía de escuchar una sola voz durante varias horas puede resultar agobiante. Una recomendación es hacer participar al público. De esta forma, tú tendrás tiempo para tomar aire y relajar tu voz .
4. Cuida la calidad de los soportes
Si vas a utilizar material para apoyarte – como presentaciones, videos o audios – debes estar seguro que estos sumarán y no restarán puntos a tu actuación, ya que muchas veces, solemos abusar de este tipo de recursos y la presentación termina por convertirse en algo tedioso y sofocante.
5. Las Diapositivas
Máximo de dos frases por diapositiva.
Regla de oro: poco texto. Una frase potente, concisa y clara, que resuma lo que estás diciendo. Piensa en el titular o en el resumen de lo que vas a contar desde que se vea la diapositiva.
No se lo van a leer si pasas de una o dos frases. Es más, si el público se dedica a leer conseguirás que no te atienda mientras hablas. Será un momento en que hay dos canales enviando información, tú y el texto, y ante la duda el espectador prefiere lo que está en el proyector: se pondrá a leer y poco a poco te irás volviendo prescindible. También recuerda que poner a leer a tu audiencia durante largo rato, multiplicado por varias diapositivas, convierte una presentación en un auténtico suplicio. Lo ideal es una diapositiva que se lea nada más verla, entonces empiezas a hablar y tendrás toda la atención y al público orientado hacia lo que quieres transmitir.
Algunas páginas suelen contener un pequeño esquema o guión de varios puntos contando un plan de trabajo, un calendario, etc. Ese tipo de texto evítalo en medida de lo posible, y si estás obligado a hacerlo, cosa bastante frecuente, procura que sea una lista corta con frases de una línea. En el momento en que aparezca ese tipo de diapositiva haz una pequeña pausa para que la audiencia tenga tiempo para leer.
Una buena imagen por diapositiva. Las imágenes sin marco blanco.Busca Conceptos Relacionados con lo que quieres transmitir.
Hay que crear cierta tensión, cierto interés, y que el espectador busque respuestas. Sólo así conseguiremos el doble objetivo: que nos atiendan y que se recuerde nuestra ponencia.
No mires tu presentación mientras hablas.
